En un país como Colombia, con enormes brechas sociales y económicas, el cooperativismo en Colombia se ha consolidado como una herramienta poderosa para promover la equidad, el emprendimiento y el desarrollo sostenible. Las cooperativas colombianas no solo brindan soluciones económicas a sus asociados, sino que fortalecen comunidades enteras a través de la solidaridad, la participación y la autogestión.
Según la Superintendencia de la Economía Solidaria, existen más de 3.500 cooperativas activas en Colombia (Supersolidaria, 2023), generando empleo directo e indirecto y contribuyendo al desarrollo regional. Estas organizaciones han tenido un impacto significativo en zonas rurales y urbanas donde otras formas de economía formal no han logrado prosperar.
¿Por qué las cooperativas son agentes de cambio?
Impulsan la economía local
Al reinvertir sus excedentes en proyectos sociales o en el fortalecimiento del negocio, las cooperativas dinamizan las economías regionales. Además, generan empleo cooperativo y fomentan el consumo de productos locales, lo cual fortalece la cadena productiva.
Fomentan la inclusión financiera
Muchas cooperativas ofrecen servicios financieros a personas que tradicionalmente han estado excluidas del sistema bancario, como campesinos, emprendedores informales y comunidades rurales. A través de líneas de ahorro, crédito y seguros accesibles, estas poblaciones pueden progresar económicamente, promoviendo así la inclusión financiera.
Promueven la educación y la participación ciudadana
Uno de los principios cooperativos es la educación permanente. Las cooperativas capacitan a sus asociados en temas como finanzas personales, emprendimiento y liderazgo, generando ciudadanos más informados y comprometidos con su entorno. Esta educación cooperativa fortalece el tejido social.
Responden a necesidades reales
A diferencia de las empresas tradicionales, las cooperativas nacen para resolver necesidades concretas de sus comunidades, ya sea el acceso a vivienda, salud, educación o comercialización de productos. Esto las hace más resilientes y adaptables a las crisis, fomentando una economía comunitaria.
El cooperativismo en Colombia no es solo un modelo económico, sino una filosofía de vida basada en el apoyo mutuo, la responsabilidad compartida y la confianza. En un país que necesita más oportunidades para todos, las cooperativas colombianas son faros de esperanza y acción. Apostar por ellas es apostar por una Colombia más justa, equitativa y sostenible.
Referencias
- Supersolidaria (2023). Informe anual del sector cooperativo en Colombia.
- ACI-Américas (2022). El impacto de las cooperativas en América Latina.